Después de la pandemia vivida, cambiamos por dentro y por fuera. El coronavirus ha aumentado la conciencia social y los expertos sitúan la sostenibilidad como un eje estratégico de la industria.
Adquirimos cada vez menos prendas que son “tendencia” y queremos invertir más en prendas de calidad.
Comprar menos, pero comprar mejor, de vuelta a la Slow Fashion, un retorno a los valores de consumo del pasado, cuando las cosas estaban hechas para durar.
Pero, ¿qué aporta a la industria de la moda este retorno?
Sensibilizan el sector y en definitiva, hacen de la moda mucho más que ropa, creando marcas con alma y propuestas de autor basadas en la artesanía, la producción de cercanía y el consumo responsable.
Las nuevas tendencias en moda también repercuten en el ya tan aceptado Marketing de Influencers. Ahora el usuario busca algo más que un prescriptor de marca que sólo promocione un producto.
Apuesta por las personas sensibilizadas e implicadas con lo que trabajan. Personas que no se consideren a sí mismas como influencers, pero que influyan en su entorno, de manera activa.
Un ejemplo podría ser el llamado “Efecto Letizia”. Con sus trajes y vestidos la Reina muestra su apoyo a la moda made in Spain, sin olvidar hacer guiños a las causas sociales con las que colabora vistiendo una determinada marca.
¿Qué opinas? ¿La Slow Fashion está de vuelta para quedarse?
