Dos cuadros para entender a Edvard Munch, inspirador del expresionismo alemán

Nos adentramos en el mundo onírico y atormentado del noruego

Melancolía (1894)

Para explicar su estilo, Munch solía decir que así como la obsesión de Leonardo da Vinci era representar fielmente la anatomía del ser humano, la suya era diseccionar el alma humana. En este cuadro, el pintor extiende sobre el paisaje los sentimientos del protagonista, generando una atmósfera de total pesadumbre.

Ansiedad (1894)

Entre las múltiples fobias de Edvard Munch, del que se cree que sufría, como Van Gogh, un trastorno bipolar, se encontraba el miedo a las multitudes. En esta escena de ambientación apocalíptica, similar a El grito, su obra más famosa, el pintor refleja su angustia hacia el mundo moderno, donde jamás encontró sosiego.

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