
El elemento más característico de cualquier empresa es su logotipo, un símbolo que representa e identifica a la marca y es capaz de aportar y comunicar valores de la misma.
Desde el nacimiento del propio comercio, los artesanos creaban símbolos para identificar sus productos y así, poco a poco, ganar reputación gracias a su buen trabajo. Si bien el concepto moderno de logotipo nace a partir de 1.800 con la revolución industrial, al producir en masa había una necesidad aún mayor de identificar tus productos. Con el paso de los años el proceso se ha ido convirtiendo en un arte de significación y simbolismos con el fin ya no solo de identificar, sino incluso de seducir por si solo, gracias a las connotaciones y la información previa que conocemos de esa marca.