No lo buscabas. No era un anuncio. Solo apareció en tu feed.
Una receta que tienes que probar, un haul de productos que “necesitas”, un vídeo con subtítulos caseros que alguien grabó en su habitación…
Eso es el UGC (User Generated Content). Y aunque no lleva logo, ni claim, vende más que muchos anuncios.
Porque el contenido generado por usuarios no interrumpe: se cuela. Entre memes, confesiones y coreografías.
Y lo mejor: no parece marketing.
En un momento donde la confianza en las marcas tambalea, confiamos en quien se parece a nosotras. En esa chica random que prueba un producto sin filtro. En ese comentario que dice “yo también lo compré y vale la pena”.
Las plataformas lo saben. Por eso TikTok, Instagram o Reddit se han convertido en escaparates no oficiales. Donde lo que triunfa no tiene presupuesto, pero sí emoción compartida.
Y mientras unas marcas se obsesionan con campañas perfectas, otras cultivan comunidad. Observan, reaccionan y saben que el verdadero hype no se crea, ocurre.
Y si no estás dentro de la conversación, es probable que cuando la escuches… ya sea tarde.
