
Una de las desventajas de los eventos es que son fugaces. Da igual lo impactante que haya sido, lo bien que se lo hayan pasado los asistentes. Durante más de 360 días al año, nuestro público no dedicará ni un minuto a pensar en ello. Supone un inconveniente, sobre todo para aquellos que, como en el caso de las ferias, buscan aumentar las ventas o el número de afiliados.